jueves, 28 de enero de 2010

A ella

...y la verdad
es que vengo ya algunos años esperandote,
viendo ocasos y estrellas
en mares purpuras y azules,
preguntandome si tu mirada
se cruza con la mía en un sol,
...o en una luna.

Y la luna que es nueva
nos muestra la noche bajo el cobijo de tus palabras
entonces te imagino entre dos lagrimas
qu epedían por mi,
y el manto negro se hacia cuna de nuestras oraciones...

Y la luna que es llena
nos contó la noche en movimientos tenues
qu ellevaban mi canto
y se elevaban para mezclarme la mirada
con la luz que irradia en tus ojos
y simplemente te quise en el borde del cielo
y de la tierra un pedazo...

Cité tu nombre
cada instante de cerrados mis ojos,
y te entregue, sin conocerte,
todo cuanto pude darte,
intente, sabes, contentarte,
acercarme un poco
y acomodar la almohada en tu recamara,
a veces soplaba tu cabello
y mi voz te detenía en calma,
otras simplemente compartía el par de tus lágrimas,
y te abrazaba un poco mas las rodillas,
y nuestro Dios nos unía un poco más los corazones,
y tu conocías un poco más de como sería yo,
y yo escribia un poco más de acercarme a tí...
y de cómo sería al fin.