miércoles, 3 de febrero de 2010

Verde y gris, verte

Cuando comencé a verte...
se me olvido por unos segundos respirar,
y cuando retome el aire
solo supe quedarme viendote...
toda hermosa,
toda bella,
tan refrescante como salir del escondrijo
y percibir el aroma nocturno
de la luna en las montañas,
paseandose por los rios,
en tenues colores de nubes doncellas
y de vientos sinuosos,
delgados y suaves
asi como tus labios.

Y tu sencillez la percibí,
cuando comencé a verte
como cuando las grietas
de arroyos silenciosos a lo lejos
plasmados en una colina
se dejan esconder
por la sombra de la montaña
y sus cálidas aguas atraviesan,
sin embargo,
roca, tierra, arena
y aquello desconocido
que es un todo dentro de tí.

Cuando comence a verte,
fué como si hubiera sido ayer,
como si los nudos estrechos
de un arbol me contaran suave al oido
las siluetas de tu cuerpo,
que 19 años no pasaron en vano
y que el descanzo único mio
lo conscientes ahi en tus brazos,
ahi entre el aroma a musgo y canela silvestre,
y una gota de tú, Rocío,
se resbalo hacia mis pupilas...
y el destello de lo que significas
fue arena y cristal,
aloe, aceite y unas cuantas almendras,

...calculé el tiempo y la velocidad,
fue como si ayer...
pero la verdad fué como hace
dos años y medio...

1 comentario:

  1. Hay en este poema evociones muy visuales y potentes para hablar de alguien que hace que te olvides de respirar.

    Me encanta esa de los riachuelos que siguen fluyendo aunque se dejen esconder por la sombra de la montaña. O imaginar a los nudos parlanchines de los árboles escaneando las medidas de la amada... y el título...

    Un poema muy sugerente

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